miércoles, 6 de abril de 2011

Niño de oro

En los más oscuros confines de el alma, se esconde un ser esperando sus alas.
Niño de lagrimas y preguntas vacías.
Niño de nada y nada de nadie, y mientras nada se reduce a todo, niño de todo y nadie.
Cada esperanza es una pluma, y cuando sus alas estén completas, el niño saldrá resplandeciente al sol.
El pequeño ser alza la victoria, el la porta. Sus palabras de oro bañan al mundo y se da fin al que crelló tapar el destino.
Cada alma recibe una pluma, simbolo de esperanza y de fuerza. Guardandola en su corazón las personas por fin supieron quienes eran, y que les había unido.

lunes, 21 de marzo de 2011

Ruleta del presente.

Otra vez mirando al horizonte con las pupilas perdidas en el rojo amanecer.
Mirada perdida y mente vacía, en realidad sin pensar.
Tan solo está.
Allí no existe el tiempo, no hay reloj que se mida a sí mismo, allí no existe religión que valga.
No existe motivo, no existe sentimiento que describa.
Allí no es día ni noche pues las estrellas aun bañan el cielo y el sol se ve apenas presente.
Otra vez, en un alma vacía donde no hay nada.
Nada existe nada más que el presente.

lunes, 14 de febrero de 2011

Reacción.

Nebulosas y confusiones, forman cada una mi vida.
Con el suelo lleno de platos rotos, dibujo con tiza mi nuevo rumbo de vida que mañana la lluvia borrará.
Nebulosas de emociones llenando los vacíos de mi cosmos, reacciones bioquímicas resaltadas por algún elemento artificial.
Los latidos vuelven a durar una eternidad. Te pueden hacer las luces volar, o te pueden cegar, pero si no las sigues no hay manera de saberlo.
Haré el trato con Dios, mancharé mis manos y limpiaré mis ojos.
Esperaré a las doce.

miércoles, 9 de febrero de 2011

En el balcón de enfrente

El, con un suspiro se levantó de la cama y maldijo al despertador por sonar un sábado. Miró por el cristal e inmediatamente pensó en no salir, ¡hacía un tiempo horrible! Caía nieve a montones y se escuchaba el silbar del viento desde dentro.
Cogió un jersey (el primero que vio en su armario), hizo pis y fue a hacerse el desayuno.
Había dormido fatal y su cara era de espanto. Estaba cansado pues acababa de independizarse (demasiado pronto) y sentía que no estaba preparado, pero se negaba a vivir con su hermanastro.
Tenia en mente muchos exámenes que hacer y mucho dinero que ahorrar, pensó en buscar trabajo ese mismo día.
Con los calcetines sucios llenos de polvo miró por la ventana a ver si había amainado la tormenta. Seguía igual, pero algo le sorprendió:
Una muchachita con nada mas que una triste camiseta estaba subida en algo, en el balcón del edificio de enfrente, con toda la tormenta sacudiéndola.

“¿Se querrá suicidar?” Pensó el con inquietud, si lo hiciese caería encima de el parking, saltarían las alarmas de los coches y todo el mundo vería el espectáculo.
Pensó salir a su balcón y gritarla algo, pero al vacilar ella le miró.
En un principio no sabia si le observaba a el o es que estaba mirando a la nada, pero en cuanto le saludo con la mano se sorprendió, el devolvió el saludo y entro en casa, extrañado.
“Espero que en este barrio no estén todos así de locos”

 Hola personas! se que este relato ha sido una caca, no se ni como lo he llegado a publicar, lo siento mucho. No escribiré en bastante, por que el tiempo no me quiere y el cole menos :( y de la inspiración... mejor no hablemos.
Un besito!

miércoles, 26 de enero de 2011

Nada

Ni respirar, ni hablar. No quiero a moverme, me niego.
No quiero pensar, ni sentir, ahora no. En este minuto no.
Es que ahora no me apetece existir. Podría decir que no pinto nada aquí y sería una estupidez, pero ¿que más da? es la pura verdad.
No haces nada por estos lados, no hay necesidad y al fin y al cabo parece todo eterno.
Monotonía con cambios, lo llamaría yo.

domingo, 16 de enero de 2011

Aún escuece.

Muy adentro en mi corazón, aún guardo aquellos recuerdos de los que tú te olvidaste.
Nos conocimos en nuestro primer año de vida,  cumplíamos las dos en verano, tu eras del Norte y yo del Sur, nuestras madres no sabían lo fuerte que iba a ser nuestra unión en ese momento.
Ambas siempre estábamos juntas, al principio no hablábamos el mismo idioma y aún así éramos mejores amigas, allí donde empezaba el mar y nos comprendíamos a la perfección.

Aún conservo las cintas de video de cuando jugábamos a ser sirenas, los patines de nuestras tardes sobre ruedas, las fotos de nuestro último año juntas de verdad y mis recuerdos junto a ti tirándonos  barro, riendo con la mayor felicidad que una niña puede poseer.

Recuerdo mi miedo a la profundidad del mar.. tú me decías: "Dame la mano, te prometo que no te voy a soltar" con ese acento y mezcla de dos idiomas que entendíamos y me hacías enfrentarme a mis miedos. Nunca me soltabas.
Cuando me defendiste de los niños que no paraban de insultarme, enfrentándote a los 7 que eran cuando yo era una cobarde, eras mi heroína.
A los 13 algo cambió, conociste a gente nueva, gente muy mayor. Tu novio era mayor de edad y habías madurado demasiado de prisa, yo aún era una niña.
Ya te habías hecho mayor para estar conmigo, fue nuestro último año en el que dijiste a finales de Mayo que nada sería igual, justo era el año que más te necesitaba.

He perdido a algunas personas pero solamente tú y nada mas que tú es la que verdaderamente he querido y por la que he llorado más.
Seguramente yo para ti no fuese tan importante.
Hace unos años hablábamos de que nunca fumaríamos, y no nos emborracharíamos, por que nuestros papás decían que estaba mal.
Ahora eres mujer, eres madre y yo sigo siendo una niña. Pasamos de ser “hermanas gemelas” a personas que no tienen nada que ver en este mundo...

Me gustaría decirte que cuando te volví a ver con 15 años, fumando delante de tus padres, y me saludaste como si nada pasase, llegué a mi casa y lloré hasta la madrugada.
Cuando te vi dos años después y me saludaste otra vez, y me hablaste... me dieron ganas de abrazarte y pedirte perdón por haber madurado demasiado tarde.

Quizás la gente esto no lo entienda, pero para mí fue como una hermana, y perder a alguien de esa manera fue el mismo sentimiento que sientes cuando alguien cercano fallece.
Y es por eso que sigue en mi corazón, con ella pasé la mejor infancia que habría tenido jamás.

Tú sigues muy adentro en mi corazón, M.

lunes, 10 de enero de 2011

Extraido de mi Diario.

La Verdad y nada más lejos de ella.

Desde mi cápsula veo vuestra situación
Tenéis que bajar el telón,
Tenéis que cortar la tela.

No mires abajo, mirarme a la cara
Tienes que empezar a creer que la locura es cierta
Porque esto es así y siempre ha sido así.
Y porque la verdadera locura es la que sigues.


Esto lo escribí en mi diario un día, al descubrir unas cuantas cosas. Supongo que ese día se me tubo que ir la lengua intentando hacer el favor a alguien de decirle algo que no sabía y me llamaron loca.
Es lo que pasa cuando la gente se cree todo lo que se dice con las palabras adecuadas, y se cierra en si mismo.

Quería rellenar el blog con algo, pero no podía ser mucho, no tengo mucho tiempo ultimamente.
Ya viereis con las clases :(

martes, 4 de enero de 2011

Cosas de la lista de: "Si no muero".

Había sido una noche pesada, había probado cosas que su madre no la permitía y dicho cosas que nunca diría. Habría pedido que la música fuera mas fuerte solo para acallar los pensamientos que estropeaban su noche, pero finalmente otras cosas lo habían conseguido. Se sentía bien.

Ahora eran las 5:32 am y no le apetecía volver a casa. Se había prohibido a sí misma no ser libre, quería hacer lo que le diese la gana bajo su juramento después de superar la enfermedad. Ella siempre supo que se pondría bien, y los años perdidos los iba a recuperar. Absolutamente todo.

Había empezado a fumar, había empezado a tomar alcohol y alguna que otra droga fumable conocida.
Ella pensaba que era imposible volver a recaer en el eso por vivir lo que no había vivido. La causa de que hiciera esto es que quería experimentar todas las sensaciones, buenas y malas, que se hubiese podido perder si la enfermedad la hubiese consumido.

No era abusadora de los vicios, aún así los consumía cuando los creía necesarios.
Dentro de poco saldría el sol. Se sentó en la arena y esperó: 5 minutos, 10, 20... el sol salía lento y reclamando toda su atención, como un niño al que acaban de nombrar rey del cosmos demasiado pronto, pensó ella.
Ya se veían los barcos pesqueros. Se encendió su último cigarrillo y removía la fresca arena entre los dedos de sus pies. Cuando el sol casi hubo alcanzado la cima del amanecer, se deshizo de las prendas de ropa, desnudándose y entregándose al mar.
Corrió como cuando era una niña inocente, con su cuerpo rompiendo ante las olas y sumergiéndose, como una autentica guerrera. No se veía rastros de enfermedad en ella. Abrió los ojos debajo del agua y se le llenaron de sal, no la molestaron aún. Estaba lleno de pececitos que huían de un inesperado humano a esas horas de la mañana.
Chapuceó media hora hasta que se cansó de bucear y los ojos la escocían, nada más salir corrió hacia su ropa enmarañada en la arena y sacó una libreta, con un gastado lapiz tachó:
Sumergirme tal y como nací en el amanecer del mar.
Esbozó una sonrisa triunfal, de esas que la hacían ser realmente bella. Había tachado otra cosa más de su lista, por fin. Se vistió y mirando hacia el Sol hizo una reverencia al joven rey del cosmos, y se marchó.

sábado, 1 de enero de 2011

El insípido sabor de la nieve del Norte

En pleno invierno, en una zona de un norte, Adeline estaba sentada en la cama mientras miraba por el cristal. Asombrada, ante la gran cantidad de nieve que caía, y como el aire silbaba su melodía a través de los pequeñísimos huecos del ventanal.
Ella no estaba acostumbrada a la nieve pues en su lugar apenas licuaba. Ahora se alojaba en el noveno piso de un lugar lejano, donde el frío y las ventiscas eran algo habitual.

De repente sintió un impulso, y en unas braguitas naranjas, calcetines largos y camiseta veraniega de talla L, abrió el ventanal y salió al balcón.
Por unos segundos no sintió frío, luego los calcetines empezaron a mojarse con la nieve del suelo, y se sintió abrazada por el frío.
Le gustaba esa sensación, de mirar hacia el frente y comprobar que era la única que estaba fuera de la calidez del hogar. A ella le gustaban los momentos únicos, y las cosas poco habituales, pues la hacían sentir especial.
Quiso sentir aún mas el frío para ver hasta cuanto podía aguantar y se puso donde el aire mas abofeteaba, aplastando los gordos copos de nieve contra sus mejillas.
Adeline rió, al principio solo un poco pero los copos caídos en su cuello y piernas le hacían frías cosquillas.
Se subió a un cubo y se agarró a la barandilla, que así la llegaba por las caderas, y se asomó, abriendo la boca y sacando la lengua.
Estos copos de nieve sabían a libertad, o a estupidez, pensó ella. Era un insípido sabor único y fantástico pues podías imaginar que sabían a chocolate o a limonada. Le gustaba tanto pensar tonterías que ni se molestaba en ocultarlo.
Pasados unos cuantos minutos (con el pelo mojado y los labios morados) se bajó del cubo, dispuesta a entrar en casa. Echó un último vistazo a su alrededor y se dio cuenta que alguien la miraba desde el piso de enfrente. No alcanzó a ver la cara pero supuso que ésta habría tomado forma de incredulidad, al ver a una joven chica sin pantalones, subida a un cubo con la cara frente a un viento helado.
"Da igual, no me conoce" pensó Adeline, y con esa excusa saludó con la mano al anónimo observador, tiritando.
Éste respondió con medio saludo y entrando en casa, algo confuso. Adeline entró en la suya y se quitó toda la ropa mojada, con una sonrisa triunfante.
"Aquí nadie me conoce".
Y se hizo un Nesquik.