martes, 4 de enero de 2011

Cosas de la lista de: "Si no muero".

Había sido una noche pesada, había probado cosas que su madre no la permitía y dicho cosas que nunca diría. Habría pedido que la música fuera mas fuerte solo para acallar los pensamientos que estropeaban su noche, pero finalmente otras cosas lo habían conseguido. Se sentía bien.

Ahora eran las 5:32 am y no le apetecía volver a casa. Se había prohibido a sí misma no ser libre, quería hacer lo que le diese la gana bajo su juramento después de superar la enfermedad. Ella siempre supo que se pondría bien, y los años perdidos los iba a recuperar. Absolutamente todo.

Había empezado a fumar, había empezado a tomar alcohol y alguna que otra droga fumable conocida.
Ella pensaba que era imposible volver a recaer en el eso por vivir lo que no había vivido. La causa de que hiciera esto es que quería experimentar todas las sensaciones, buenas y malas, que se hubiese podido perder si la enfermedad la hubiese consumido.

No era abusadora de los vicios, aún así los consumía cuando los creía necesarios.
Dentro de poco saldría el sol. Se sentó en la arena y esperó: 5 minutos, 10, 20... el sol salía lento y reclamando toda su atención, como un niño al que acaban de nombrar rey del cosmos demasiado pronto, pensó ella.
Ya se veían los barcos pesqueros. Se encendió su último cigarrillo y removía la fresca arena entre los dedos de sus pies. Cuando el sol casi hubo alcanzado la cima del amanecer, se deshizo de las prendas de ropa, desnudándose y entregándose al mar.
Corrió como cuando era una niña inocente, con su cuerpo rompiendo ante las olas y sumergiéndose, como una autentica guerrera. No se veía rastros de enfermedad en ella. Abrió los ojos debajo del agua y se le llenaron de sal, no la molestaron aún. Estaba lleno de pececitos que huían de un inesperado humano a esas horas de la mañana.
Chapuceó media hora hasta que se cansó de bucear y los ojos la escocían, nada más salir corrió hacia su ropa enmarañada en la arena y sacó una libreta, con un gastado lapiz tachó:
Sumergirme tal y como nací en el amanecer del mar.
Esbozó una sonrisa triunfal, de esas que la hacían ser realmente bella. Había tachado otra cosa más de su lista, por fin. Se vistió y mirando hacia el Sol hizo una reverencia al joven rey del cosmos, y se marchó.

2 comentarios:

  1. Hola!
    He acabado en tu blog por casualidad y encanta tu forma de escribir!!
    Lo haces fenomenal y me encanta esa sensación de realismo que da al leerte.
    Te seguire :)

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  2. Aqui te dejo mi blog, espero que te guste
    http://brownieandhotchocolate.blogspot.com/

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